¿De qué tienes suministro limitado? Sólo dos cosas. Tú tiempo y Bitcoin. Actúa consecuentemente.

Memento mori

Homobitcoin | August 26, 2023

Vivimos en una sociedad donde el valor del tiempo está inmensamente infraestimado. Y en estas líneas vamos a darle el valor que se merece.

Tu tiempo es tu recurso más limitado. Una vez ha pasado, ha pasado para siempre. No puedes crear más, por muchos factores de producción que tengas. No puedes comprar más, por mucho dinero que tengas. Ni tú, ni la persona más rica del mundo. Además, es el único recurso que estás obligado a consumir. No puedes no gastarlo.

Para que cada uno se sitúe y adquiera perspectiva… Una vida humana media son 75 años. O lo que es lo mismo, 900 meses, 27.000 días o 648.000 horas. ¿Nada más? Lo siento, pero no. Los hay con más suerte que tienen más y los hay con menos suerte, que tienen menos. Calcula lo que llevas de vida y lo que falta. ¿Latido al corazón? ¿Susto? ¿Sensación de urgencia? ¡Encima pasamos un tercio de ella durmiendo!

La mayor parte de la gente vive sus días como si tuviera una infinita cantidad de tiempo disponible. Probablemente, no se han parado a pensar el tema, porque es un tema difícil de afrontar. Pero hoy lo vamos a hacer. Tengo una malísima y buenísima noticia que darte. Además, tengo una certeza absoluta de que es cierta: te vas a morir.

Ser consciente de tu muerte, no es ser pesimista, es ser realista. Y enfocarlo positivamente, hace que te hagas consciente de que desperdiciamos gran parte de esto que llamamos vida. Marco Aurelio, gran sabio estoico y emperador romano te lo diría así: “Podrías morir ahora mismo. Que esto determine lo que haces y piensas en cada momento.”

Como todos sabemos (aunque pocas veces recordamos), el ser humano no vive indefinidamente. Tiene días finitos. No sabemos cuándo vamos a morir. No sabemos lo que pasará en un futuro. Debido a esa incertidumbre la gente prefiere consumir hoy por si acaso mañana no pueda. Siempre preferimos tener un bien hoy antes que en un futuro. Es decir, el ser humano tiene una preferencia temporal positiva. Y esta puede ser mayor o menor.

Por ejemplo, la preferencia temporal de los animales es muy alta. Estos actúan por instinto para satisfacer sus necesidades inmediatas y normalmente no se preocupan por su futuro. Sin embargo, los seres humanos somos capaces de frenar nuestros impulsos, pensar qué es mejor para el futuro y actuar en consecuencia.

La mejor forma de explicar la preferencia temporal es con la prueba de la golosina, realizada por Walter Mischel en la década de los sesenta. El experimento consistía en dejar a niños solos en una habitación en frente de una mesa con una golosina. Se les avisa que se van a quedar solos durante un tiempo y que, si a la vuelta no se han comido la golosina, podrán obtener otra igual. Una vez que el adulto dejaba la sala los niños inician una lucha entre el deseo inmediato de comérsela (preferencia temporal alta) y su capacidad de autocontrol para no hacerlo y tener mayor recompensa futura (preferencia temporal baja). Michel siguió a esos niños y comprobó décadas después que aquellos con baja preferencia temporal tuvieron mejores calificaciones escolares, tenían trabajos mejor remunerados, menos adicciones a sustancias tóxicas y mejor índice de masa corporal.

Según el ser humano reduce su preferencia temporal realiza acciones para satisfacer necesidades cada vez más lejanas. La razón de postergar una recompensa inmediata por otra más lejana es que ese proceso le llevará a una mayor recompensa futura.

El factor principal que determina tus decisiones es tu preferencia temporal, una negociación entre tu yo de ahora y tu yo del futuro. ¿Prefieres quedarte sentado en el sofá o ir al gimnasio a levantar pesas? ¿Prefieres comerte un menú de comida rápida o un filete de carne de pasto? ¿Prefieres gastarte dinero en una televisión nueva o invertirlo en un activo que te dé más para el futuro?

Un ejemplo, son los capitalistas, que gastan sus recursos en bienes de capital para obtener una mayor recompensa en un futuro vendiendo los bienes de consumo que fabriquen. Difieren su consumo en el presente para realizarlo en un futuro. Otro ejemplo, son las inversiones. Una persona invierte en una compañía, difiriendo su consumo presente, con la esperanza de tener una mayor recompensa en el futuro. Hay acciones mejores que otras y los recursos acaban llegando a las mejores.

Lo mismo pasa con el dinero. Tenemos distintas formas de dinero y hay unos mejores que otros. Por la simple razón de que tienen mejores características monetarias. Y los recursos acaban llegando a los mejores. Las propiedades que hacen de un dinero un buen dinero son que sea duradero, transportable, fungible, divisible, fácil de contar, reconocible y, la más importante, escaso. Si consigues que un dinero tenga todas estas características, es un buen dinero.

El tiempo es dinero” es una frase que se le atribuye a Benjamin Franklin y razón no le falta. El dinero puede ser visto como un tiempo encapsulado, que es fácil intercambiar.

Intercambiamos nuestro tiempo por dinero para poder usarlo más tarde. Ese dinero luego lo intercambiamos por algo que a otra persona le costó su tiempo y nosotros lo hemos obtenido dándole nuestro dinero.

Por ello cuando ahorras dinero, estás reservando tiempo para en un futuro no tener que trabajar y seguir disfrutando de ciertas cosas que te gustan. De igual forma, cuando pides un préstamo es como pagar con tu futuro tiempo. Estás comprometiendo tu tiempo futuro, para poder disfrutar de algo hoy.

El único dinero que te permite intercambiar tu activo más valioso que es tu tiempo limitado, por unidades de valor estrictamente limitadas es Bitcoin, el cual está diseñado para dar valor a tu tiempo.

Bitcoin tiene un suministro limitado. 21 millones. Ni uno más. Así que si tienes una determinada cantidad de Bitcoin tienes un determinado porcentaje del total, que nunca se podrá diluir. Es decir, si tienes 1 btc en 2023, tendrías 1/21.000.000 parte del total. Si tienes 1 btc en 2053, seguirás teniendo 1/21.000.000 parte. Tu porcentaje se mantiene. Por el contrario, si decides almacenar tu riqueza en unidades fiat la cosa cambia. Como no paran de crearse nuevas unidades, tu riqueza se diluye a medida que se crean las nuevas y cada vez tendrás un porcentaje menor sobre el total.

Si ya entiendes que los bancos centrales, al crear más dinero de la nada, diluyen el valor de tu dinero, estás preparado para entender lo siguiente. Muchas religiones, crean más tiempo de la nada y diluyen el valor de tu tiempo. Si tengo una vida eterna, el valor del tiempo de esta vida se diluye. No tengo nada en contra de que sigas ninguna religión. Pero muchas prometen más tiempo. Y es una promesa que no sabemos si pueden o no cumplir. Yo por si acaso, prefiero valorar esta vida, que es la que tengo seguro. Valoro este tiempo, que es que el tengo seguro. Y como no sé cuánto me queda, y cada día puede ser el último, lo aprovecho y valoro al máximo.

Las personas que tienen sus decisiones orientadas hacia el presente tienen alta preferencia temporal y aquellas orientadas hacia el futuro tienen baja preferencia temporal. Si la mayoría de tus decisiones están orientadas hacia el futuro, es probable que tus decisiones económicas también lo estén. Las divisas fiat están diseñadas para disminuir su valor en el futuro y dárselo al presente, mientras que Bitcoin está diseñado para lo contrario, aumentar su valor y dárselo al futuro. ¿Tú que prefieres, pensar en el presente o en el futuro?

Gran parte de ese pensamiento proviene de las expectativas de ese futuro. Si crees que tu dinero valdrá menos o no llegarás a ese futuro, lo tenderás a gastar ya, pues en un futuro podrás comprar menos con él o puede que no llegues a poder. Por el contrario, si crees que tu dinero valdrá más en un futuro y tú vas a estar en él, tenderás a ahorrar, pues en un futuro podrás comprar más cosas con él y lo podrás disfrutar.

Memento mori, que en latín quiere decir “recuerda que morirás”, es lo que le susurraba el sirviente al oído del general victorioso en su procesión triunfal en Roma. Ahora yo te lo susurro a ti. Al contemplar la muerte, nos damos cuenta de que desperdiciamos gran parte de esto que llamamos vida.

Así que espero que ahora valores más tu tiempo. Si no valoras tu tiempo, nadie más lo hará por ti. Te hará más feliz y productivo porque serás más selectivo con las cosas que hagas y con la gente que decidas compartirlo. Y si decides intercambiar tu tiempo (finito) por dinero, que sea también por algo finito.

Es cuestión de tiempo (nunca mejor dicho), que acabes en Bitcoin.

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